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Los escritos aquí seleccionados nos ofrecen la imagen de un Pedro Simón Abril humanista comprometido con los problemas académicos y sociales de su tiempo: preocupado por el método y programación de las enseñanzas en los estudios de latinidad, lo que acredita su enjundia, didacticismo y responsabilidad de maestro de litterae humaniores. Si todo ello está en castellano alejará la falsa opinión del hombre de letras enfrascado en sus latines y encerrado en su torre de marfil que se ruboriza y desdeña de utilizar el romance. Simón Abril repudia el prejuicio del latín como lengua culta y franca y deficiente el castellano a ultranza en cualquier tipo de ciencia, así ha podido decirse de él que «puede asegurarse que no hay humanista ni filólogo de aquel tiempo a quien deba mayor cultivo y beneficio la lengua castellana».
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