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Antes de abordar este trabajo conviene hacer dos matizaciones sobre la historiografía del Teatro-Circo. Una historia es la "vida escénica", es decir lo representado en los escenarios y las pantallas de cine, y otra muy distinta es la trayectoria y avatares de su construcción como infraestructura cultural, en base evidente a una inquietud social. Para la historia de la cultura albaceteña, qué compañías visitaron este escenario y las obras que nos ofrecieron es crucial, para la historia social y política también lo es las vicisitudes por las que atravesó el Teatro-Circo. Quién propuso su construcción, cuando y con qué financiación, y qué necesidades satisfizo aquel proyecto del siglo XIX. Resulta necesario no sólo congratulamos del interés del albaceteño por el arte escénico, sino también del porqué un grupo de albaceteños se movilizó, y se moviliza, para reunirse, contribuir en su financiación y levantar un teatro. Mi aportación se centrará más en esta segunda parte.
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