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La creación "oficial" del concejo de Albacete se data a partir del villazgo otorgado por el marqués Alfonso de Aragón en 1375. Albacete, por tanto, es bastante más joven, como villa, que otras poblaciones de su entorno, como Almansa y Hellin, que recibieron fueros de Alfonso X el Sabio en la anterior centuria.
Sin embargo, veremos que a lo largo de la Baja Edad Media, esta villa, funciona de manera semejante al de aquéllas, y en general de todas las que se integraron en el gran señorío de Villena. La razón puede estar, por una parte, en que había heredado todos los privilegios de Chinchilla, y por otra en la pronta difusión del "fuero de las leyes", o de Garcimuñoz, que unificó bastante, desde el siglo XIV, los usos y costumbres de todo el señorío. Un fuero que, por cierto, reservaba el gobierno de las villas a los vecinos llanos ("hombres buenos" pecheros), y apartaba de él a los hidalgos que quisieran tener inmunidad fiscal; aunque también es cierto que no en todas ellas, y no en todas las épocas, tuvo esta normativa estricto cumplimiento.
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