|
La iglesia de San Miguel es un edificio que ha llegado a nuestra época bastante deteriorado. Se presenta el interior con bastante desnudez ornamental ya que está desprovisto de retablos -con la excepción del que hay en el altar mayor- y elementos decorativos. Solamente el mencionado retablo del presbiterio, en cuya hornacina transparente se halla la imagen del titular, una talla de gran calidad obra del escultor murciano Roque López, la cancela, las puertas de la antigua sacristía, la inservible caja del órgano, las deterioradas pinturas de las pechinas, algunos cuadros e imágenes y el mobiliario imprescindible para cumplir su función parroquial, dan cierto ornato a este templo. La capilla del Rosario o de San Antón -denominaciones no documentadas pero transmitidas por tradición popular- es de reducida superficie (6'25 por 5 metros), tiene considerable altura y posee un conjunto escultórico con interés iconográfico. Ocupa el ángulo suroeste del templo, es de planta rectangular y se cubre con bella bóveda de terceletes cuyos nervios apoyan sobre ménsulas situadas en los rincones y unidas por impostas o cornisas molduradas.
|