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Quizá muchos de los que se detengan a leer esta obra conozcan cómo era Albacete hace cuatrocientos años. Pero también habrá otros que crean que no existía por entonces, o que era una pequeña aldea cuyas gentes se afanaban exclusivamente en el sobrevivir cotidiano. Con nuestro trabajo pretendemos pues iluminar un poco la oscuridad que ensombrece el pasado de nuestra ahora ciudad, “la muy noble y muy leal villa de Albazete” como decían nuestros antepasados del comienzo de la Edad Moderna; y asomarnos a esa parte de la población que eran los hidalgos en su participación en la administración municipal y en su forma de gestionar sus relaciones, en suma en lo que eran y representaban en la vida de nuestra población.
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