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No es el suelo de la extensa provincia albacetense proclive a las sacudidas sísmicas. Las pavorosas noticias que cualquier día provienen de Turquía o de Nicaragua, México o Irán, nos conmueven, pero las vemos muy alejadas y parece como si nos dominara la seguridad de que a nosotros no nos puede ocurrir semejante horror. ¿Por qué estamos tan seguros? ¿Quién nos garantiza que el suelo que pisamos no puede algún día temblar? Sirva este Cuaderno para ilustrar de alguna manera al lector albacetense sobre lo que es en realidad un terremoto y cuál ha sido el historial sísmico de nuestras tierras.
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