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El paso del tiempo no ha perdonado ni respetado a uno de los monumentos históricos más bellos de la actual provincia de Albacete. Aún hoy llama la atención la gallarda presencia de los restos de lo que antaño fue una imponente fortaleza señorial que servía para tener controlada a toda una población y buena parte de su entorno. No obstante, la ausencia de la enorme torre del homenaje resta respeto a la fortaleza que mandó remodelar Juan Pacheco a mediados del siglo XV. A pesar de que durante muchos siglos la fortaleza no cambió su estado primitivo, la llegada de la Casa de Pacheco, y en especial de Juan Pacheco, provocó traumáticas transformaciones en el edificio, ya que se dedicaron grandes esfuerzos en modernizar y actualizar la fortaleza a las necesidades de la poliorcética en el siglo XV, muy condicionadas por la proliferación de las armas de fuego.
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