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Con el descubrimiento del testamento de la alcaraceña más famosa de todos los tiempos se cierra un ciclo, no sólo el de su vida, cuyos últimos años permanecían en la sombra, sino el de la controvertida autoría de la Nueva Filosofía publicada en 1587 a su nombre pero rebatida en 1588 por el padre, el bachiller Miguel Sabuco, quien en su testamento declara haber sido él el autor y no su hija, a la que puso como tal para darle honra y fama. Si el testamento paterno deparó tal sorpresa a su descubridor, don José Marco Hidalgo, no podemos decir lo mismo del de doña Oliva. Ni en éste, ni en ninguno de los últimos documentos de su vida, que hemos tenido la oportunidad de analizar, se menciona el asunto que, por otra parte, parece haber quedado zanjado por ella con su retractación en 1588.
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