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En el sureste de España, su clima seco, la pobreza de sus tierras y la "dureza" de su clima, hacen que las zonas húmedas sean especialmente estimadas. El paisaje que dibujan estos territorios desde el punto de vista estético, en marcado contraste con la llanura seca, agostada en verano y casi yerma en invierno,
motiva el interés de sus gentes. Ríos, lagunas y lagunazos han sido enclaves de atracción popular cuando no otrora de ocio, esparcimiento y aprendizaje de la naturaleza para otras generaciones. El Río Júcar, por su cercanía a la ciudad de Albacete, despertó siempre ese gran interés que ha procurado su inclusión en la cultura popular del lugar.
Los estudios botánicos descriptivos siempre están armados, aparte del interés y la curiosidad del científico, de una componente localista con inclinación por lo cercano, lo que nos rodea y forma parte de nuestro entorno geográfico próximo
y que en este caso destaca sobre lo monótonamente "sosegado" del llano.
El ecosistema ripario sucrense ha focalizado nuestra atención por su valía en todo lo que le rodea como es su discordancia con la planitud del paisaje que fragmenta y socava, su riqueza florística, su atractivo como lugar de ocio y, sobre
todo, por un factor del que este trabajo espera lograr modestamente su concienciación y que es la fragilidad del ecosistema de esta vega.
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